13.2.11

144# Walk Along

Ella. Ella era una chica normal en una situación anormal. Lejos de su casa, de sus amigos, de su familia. Pude verla caminando por una calle que intenta seguir el curso del río. Pero ella iba contra la corriente. Le gustaba ir contra la corriente. Pude verla caminando por una calle entre la gente, sola. Sola, acompañada de su libro, ese que empezó pero jamás llegó a la mitad, y un reproductor con una lista de canciones solo para ella, esas canciones que no le gustaba compartir.
Pude verla caminando. Su mirada estaba perdida, sus ojos empañados. Su sonrisa estaba quebrada, sus labios sellados. Cuando caminaba parecía que arrastraba los pies, pero era por que solía usar unas botas mas grandes de lo que deberían ser. Recuerdo que llevaba unos lentes sin uso colgando de su rosario. Un pequeño rosario de plata unido a una cadena que siempre usaba. Pude verla caminando entre la gente.
Pude verla caminando mientras repasaba cada pequeño acto o acción que hicieron que su vida se iluminara un poco. Una sonrisa por parte de un extraño. Un abrazo inesperado. Un viaje durante la noche en un colectivo. Una salida con extraños, una salida con amigos. ¿Cómo puede ser que recuerde todo tan perfectamente? ¿Cómo puede ser que esas personas que realizaron esos actos tan insignificantes signifiquen tanto en su vida cuando ella no es nada en la de estas personas?
Pude verla caminando. Hasta ahora su día no la había sorprendido. Ninguna sorpresa. Para ella las sorpresas eran actos inesperados. La sonrisa de un extraño era la mejor sonrisa. Pero no cualquier sonrisa de cualquier extraño. Tenía que haber cierto contacto visual. Amaba esas sorpresas. También recibir elogios. No sucedía a menudo pero cuando sucedía su mundo se iluminaba más, un poco más. Ese día obtuvo su sonrisa. Pero duro poco y nada. Fue feliz durante poco y nada, pero lo fue.
Pude verla caminando con la mirada clavada en la nada. Ella caminaba sin rumbo, pero sabía donde estaba y a donde llegaría, sin embargo no tenía rumbo. Su vida se basaba en contradicciones y dudas. Dudaba de sus gustos, de sus amores, de sus amigos, de sus acciones, de sus emociones, de sus necesidades, de sus ambiciones. Esas ambiciones, eran un tema para ella. La desesperaba el saber que no tenia interés alguno. Eso le carcomía la cabeza.
Pude verla caminando al mismo tiempo que repetía las frases de algunas películas en su cabeza sin cansancio. Todas esas frases que constituyen historias románticas que solo se ven en los cines. Quiere ser un personaje principal con suerte. Es su sueño. Ella soñaba mucho ¿Sabés? Disfrutaba cuando un sueño era tan real que al despertarse solo deseaba retenerlo, conservar la sensación. Cuando lo lograba también era feliz.
Pude verla caminando por la vereda del río yendo contra la corriente, caminando entre la gente, esquivándola. Era un ser más en la tierra. Era nadie. Caminaba con su música, sus botas grandes y sus lentes totalmente inútiles. Era un ser extraño pero no se destacaba. Era un ser extraño que caminaba entre otros seres extraños que corrían hacia ningún lado.
Pude verla caminando, pero ella no estaba allí. Su alma estaba en otro lado, su mirada no acompañaba el paisaje y su mente no estaba en este planeta. Era un cuerpo que, por inercia avanzaba y por gravedad no flotaba. Pude verla, sentirla y caminar junto a ella. Pero jamás supo que somos la misma.

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