19.9.10

119# Runaway: Parte I

Durante la semana que me encontré de viaje, lejos de la ciudad, los ruidos de los autos, los medios masivos de comunicación y las distracciones en general, me permití escuchar la naturaleza, a mi misma, y sin pudor puedo admitir, que también pude escuchar a Dios.
Aprendí varias cosas en el transcurso de la semana.
Durante el segundo día, realizamos un trekking dentro de todo, bastante complicado. Al llegar a destino, luego de dos horas y media de caminata pude reflexionar lo siguiente:

"Cuesta subir, pero cuando llegas la satisfacción es increíble"
A partir de ese primer pensamiento pude desencadenar otras ideas que tienen mucho que ver con el éxito y el esfuerzo, asociadas a la misma actividad. Una vez arriba, te permitís descansar, contemplar el paisaje y disfrutar de la satisfacción de haber cumplido con el cometido. Mirás hacia atrás y ves desde donde partiste y hasta donde llegaste. Sos feliz. Nada te impide que lo seas. Pero te das cuenta que eventualmente tenés que bajar, que el éxito no es eterno, que ese paso que diste es uno de tantos pasos que vas a dar. Ahí está la segunda idea.
Cuando decidiste que fue suficiente descanso, que hay que emprender la vuelta, te das cuenta que la bajada no es tan fácil. Hay piedras, otros caminos, senderos que se bifurcan, atajos que quizás ignoraste. El camino es empinado y la fuerza de gravedad no actúa a tu favor en esta oportunidad, ya que te empuja y bajar corriendo no es una opción. ¿Qué hay que hacer entonces? Bajar con cuidado, esquivando los pequeños e insignificantes obstáculos y superando los más grandes. La bajada siempre fue mas rápida que la subida. Cuando te encuentres abajo, vas a ver todo lo que recorriste y la satisfacción va a ser aún mayor porque contemplas el camino que recorriste dos veces y que supiste superar. Ese esfuerzo que hiciste en la subida, fue el mismo que hiciste en la bajada para no caer. Te podes felicitar por haber caido y vuelto a levantar.
Esto demostró que nada te detuvo y por ese mismo motivo, nada te detendrá.

10.9.10

118# Saber Cuando Parar

Y la verdad no sé bien a qué tengo miedo, nunca fui mucho de apostar. Una corazonada me dice que es hora de pagar. Y lo peor es que estos días ando seco. No tengo un peso para dar. Las lágrimas quiero guardarlas para mi juicio final. Y cuando tu cigarro se consuma sin parar siempre mi voz vas a escuchar, y ahí te vas a decir que hay que saber cuando parar.

No estoy segura pero puede ser que haya llegado a un punto donde siento que es necesario parar. Detener esta farsa y dejar de jugar a que todo existió en un mundo aparte del de mi cabeza. Siento que es lo mejor para mi. Al fin y al cabo, esto sólo me afecta a mí. ¿O puede que a alguien más también? Puede sonar egoísta, pero si deseo cambiar mi actitud, mi forma de reacción, va a ser exclusivamente para mi beneficio. Los demás, se supone, que te deben aceptar como sos o no aceptarte y punto.
El hecho de seguir dando vueltas con actitudes dignas de preescolares es lamentable. "No te presto. No te hablo. Te ignoro. Te corro la vista si me mirás. No te contesto y te evito".
No digo que seamos adultos, por que nos falta para llegar a eso. Sin embargo, estamos más cerca de la adultez que de la niñez. Creo que es momento de parar. De bajarnos de este juego de niños. De detener todo este conflicto inexistente. ¿De qué te sirve? Es por que querés, porque motivos no hay. Si hay, es simple como abrir la boca y decir lo que te molesta. No te prometo cambiar. No te prometo el mundo a cambio que me perdones, por algo que nunca pasó.
Es increible. No solo vos, yo también. Las actitudes de niños que pareciera que nunca vamos a dejar. Preguntate si no es más fácil hacer las cosas bien de una, que repetir quince veces lo mismo sin intención de mejorar. ¿No? ¿No te resulta menos cansador?
¿No te resulta agotador actuar como un infante? A mi sí. Me cansa a tal punto que no puedo sostener esa actitud por mucho tiempo.
No esperes que juegue a tu juego. No son tus reglas. No son las mías tampoco. No me voy a esforzar. No voy a llorar. Aunque no sea mi filosofía el hecho de ahorrar, voy a guardarme las lágrimas para algo que realmente importe, no algo efímero, alguien efímero.
A si mismo no espero que entiendas. No te pido que comprendas. No te pido que interpretes lo que digo. Nunca sería capaz de pedirte tanto. No te voy a pedir que recuerdes lo que supimos decir, hacer, no hacer y no decir. No te pido que dejes de lado tu ira, enojo, angustia. No te pido nada muy dificil. Te pido que aguantes si reacciono. Te pido que no digas que no intenté. Te pido que digas que no me acerqué.
Lo que pase de ahora en más, corre por cuenta tuya.

6.9.10

117# Eva

Esta película puedo decir que marcó algo en mi día a día. [Eva en su cumpleaños número 16 conoce un hombre, quien luego se volvería el amor de su vida. Pero su relación sufre debido a sus constantes y misteriosas partidas, cambiando su vida con cada retorno.]
Según mi interpretación, ella le cree al hombre que ama cuando le dice que va a volver. Le cree, pero cuando siente que su confianza ha sido quebrada, sigue con su vida. Otros hombres aparecen en ella. Le muestran más amor del que jamás imaginó recivir. Pero al aparecer el amor de su vida, nuevamente, dejaba todo. Quizás contra su propia voluntad. ¿Por qué? Porque lo amaba.
¿Amar es suficiente? ¿Esperar toda la vida por algo que nunca vas a saber si vas a obtener es como debe ser todo? Si vemos que no pasa nada, ¿Está mal hacer nuestras vidas aparte? ¿Y si aparece? Creo que dejar no es una opción a menos que se esté seguro que es para siempre y no será en vano. Pero no hay nada que lo pruebe. El dejar todo y perseguir al amor, de cierto modo, tiene sus pro y sus contras. Si no lo seguís quizás vivas con la duda de qué pudo haber pasado. Pero si lo seguís y todo resulta mal, ¿Qué pudo haber sido de nuestras vidas si nos quedabamos en lo seguro? Hay una opción. Siempre. No hay Ctrl + Z. Y si pudiesemos elegir volver, aun que sea una sola vez en la vida ¿No terminaríamos por arrepentirnos?
Todo lo que hacemos es por un motivo. Todos nuestros errores y aciertos en el amor y en la vida nos hacer más fuertes para lo que viene. ¿Y si no viene nada despúes de esto? Te llevas el recuerdo de lo que fue luchar por lo que querías. Independientemente de los resultados. Un ejemplo de perseverancia, de ambición. Un ejemplo en fin.

3.9.10

116# Tute

No se si ando con sueño o deprimido. No se, Me cuesta darme cuenta. Es curioso, pero soy de los que menos me conocen. Hmm... No me doy mucho cuenta de nada. ¿Tristeza o sueño? No sé. Por las dudas me fui a la cama. Los ojos se me cerraban. No opiné. Me quedé profundamente dormido. Dormí mucho tiempo. Pero mucho. ¡Dias! Cuando me desperté, noté que la cama había cambiado, Tambien yo.
Yo ya no era yo. Me puse un sombrero, puse cara de saber quien era y salí.

1.9.10

115# Culpable

Me frustra. Me frustra saber que no puedo hacer nada. Me frustra escuchar de acá y de allá y sin embargo no poder hacer nada. Me frustra la impotencia de no saber qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo. Me frustra saber que no puedo decir nada al respecto. No puedo actuar, no puedo reaccionar, no puedo opinar. No es mi problema. Solo puedo maldecir al viento, a la tierra, a los progenitores por haber traído su presencia al mundo. A Dios por presentar esa situación. Culpar. Culpar es fácil. Es fácil apuntar por atrás. Es más fácil todavía simular amenazas, hacer promesas al cielo, jurar hacer actos que nunca se llegarían a cometer. Gastar saliva es gratis. Es fácil darse vuelta. Es más fácil, borrarse, hacer oídos sordos, simular no entender, decir que si a todo. ¿Qué se gana? Nada. Claramente. ¿Qué se evita? Problemas. ¿Qué es un problema? ¿Qué es un problema más? ¿Qué es una raya más al tigre? Ver todo como un problema. Eso es un problema. Entonces ¿Es un problema no saber que decir en una situación en la que es mejor callarse la boca, sentarse y escuchar?
El verte sentado inmóvil, tan solo prestando un oído, ¿no te provoca cierta necesidad de reacción? Es inútil. Toda reacción es para peor. ¿Y si no? ¿Y si una reacción determinada arregla todo? Las probabilidades son pocas. Casi nulas. Culpar. Culpar es fácil. Culpar indica debilidad. Pero culparlo a él, es lo justo. Así como Baco transformaba en oro todo lo que sus manos tocaban, él transforma en pedazos miniatura los sentimientos de los demás. Es la cobardía hecha carne. Es un típico modelo de ser humano preocupado por sufrir, y, por qué no, hacer sufrir a los demás. Porque ese es su alimento favorito. Dar lastima es como su necesidad. Crear conflictos su meta.