27.8.11

168# ¿Best Days?

Es el PEOR mes de mi vida.

24.8.11

167#

Frustración.

23.8.11

166# Waiting For Forever

¿Qué puede saber de amor, aquel que nunca fue amado? ¿Cuánto puede saber de amor aquel que decide no amar? ¿Cuánto pretende saber uno de amor tomando como referencia ficciones irreales de hechos imposibles?
Una canción mas otra canción, mas una película, mas un libro, ¿Qué puedo de aprender sobre el amor con esto? Si no son más que una serie de acciones con finales similares. ¿Dónde puedo hallar las verdaderas historias? Nadie retrata un amor imposible, un amor que no tiene un final feliz. Nadie retrata una historia cuyo trama no presenta problemas difíciles de resolver. Nadie quiere leer sobre historias desgarradoras que terminan mal.
Pero de todos modos, ¿Cuánto puedo saber del amor si no lo viví en carne propia? ¿Cómo saber lo que es el amor si nunca me tomaron de la mano con la intención de no dejarme ir? ¿Cómo saber lo que es el amor si nunca me abrazaron fuerte hasta sentir que las dos almas se juntaban?
¿No es lo que todos quieren? Un amor. ESE amor.
Tengo mucho camino por delante, mi vida recién comienza, pero ¿Está mal que quiera sentir eso por alguien? ¿Está mal que quiera que suene el timbre de mi casa y salga al balcón y allí lo vea, esperándome? ¿Tan mal está que quiera sentir mi teléfono sonar y del otro lado esté él llamándome sólo para saber como estoy? ¿Está mal que quiera pasar tardes en el río escuchando música y debatiendo de temas poco relevantes? ¿Está mal que quiera escucharlo reír y reírme de su risa?
Gracias a Dios, todavía puedo soñar.

18.8.11

165# No Distance Left To Run

Cuando las canciones no cantan. Cuando las risas no son mas que sonidos efímeros. Cuando la felicidad no es más que otra promesa incumplida. Cuando las relaciones se debilitan tanto que parecen imposibles de mantener. Cuando las palabras quieren salir pero se las censura uno mismo para que no resulten en armas. Cuando el propio alma parece no pertenecer al cuerpo.
No soy yo. No sé quién se supone que sea o quién se supone que deba ser. Yo no estoy. Me veo en el espejo. Soy yo. Estoy ahí, pero solo un cuerpo. Dónde habrá quedado el alma, me pregunto yo. Quizás se fue en algún grito, quizás en un portazo. Quizás con alguna lágrima de esas que deje caer en vano. Quizás solo se levanto una madrugada y al no sentirse como en casa, como hizo el cuerpo en otro momento, se fue. Abandono su lugar para encontrar uno mejor.
Hoy no soy más que un cuenco vacío. Vació de todo. No siento nada más que tristezas y frustraciones. Esas tristezas que se clavan en el pecho. Esas frustraciones que sofocan. Fantasmas de errores. Palabras como golpes. Desilusiones al por mayor. Me encandila ver la realidad de todo lo que no veía.

17.8.11

164# It's Over

Todo parece reducirse a una queja y/o crítica constante. Puede parecer un chiste, pero para mi las cosas no son un juego. Mis decisiones, mis elecciones, mis deseos, ideas, palabras y objetivos. Todo parece ser un chiste para el entorno y eso terminó por agotarme.
Aparentemente, también, entre el repertorio de quejas y críticas, están mis actitudes y acciones, las cuales nunca parecieron ser un tema hasta que alguien hizo de ellas... un tema. Si hablo, porque hablo. Si no hablo, porque no hablo. Si me río porque me río y si no, porque no. Si estoy de buen humor, porque lo estoy y si no, porque no. "Un punto medio" piden. ¿Qué es un punto medio para vos? Pero el punto medio... básicamente ¿También les molesta? ¿Cómo viene la mano? No entiendo. No entiendo a la gente.
Me irrita saber que no hay nada de lo establecido, por más fácil que resulte para cualquiera, que no reciba quejas. Que el lugar es muy chico, que esto no le gusta, que no quieren pagar. Todo lo establecido, pensado para facilitar la vida de los demás o por lo menos beneficiarles, desemboca en un problema que, obvio, luego de explicarlo, desaparece. Es el problema y la queja, por la queja misma.
Y ni hablar de mis decisiones. ¿Es tan necesario que la gente tenga que interferir en mis decisiones? Quizás es porque todavía no me conozco lo suficiente como para impedir que las opiniones ajenas corran mi eje. Afortunadamente, en algún tipo de reflexión que llegué a tener conmigo misma, puede decidir que, donde, cuando y como quiero las cosas. El por qué es mío y no se lo debo a nadie. No es que no me interese ni tolere las opiniones, pero todo tiene un límite. Me gusta pedir consejos, me gusta escucharlos e incluso ponerlos en práctica.
Estas dos semanas, todo lo que tiene que ver con lo expresado anteriormente saturó mi sistema nervioso central al punto que sentía que cada paso que había dado, que daba y que estaba por dar, eran todos errores. De esos errores fatales. Llegue a confundir los ajenos con los propios. Ese fue el punto donde vi que las cosas no estaban bien.
Quizás deba pedir perdón por los modos que tuve, los modos que adquirí. Pero quiero dejar en claro que no voy a pedir perdón por las decisiones que tome sobre mi.