21.7.13

#174 Tiny Little Fractures

Una de mis cualidades es la memoria. Por algún motivo que no logro explicar, recuerdo situaciones o anécdotas que no tienen ningún significado en particular. Recuerdo eventos que quizás nadie más retuvo, simplemente porque causaron algo en mi, por más pequeño que sea. Pero así como se guardan momentos gratos o que tienen cierta gracia en sí, se mantienen latentes palabras, frases, que marcaron momentos en mi vida.
Uno tiene la tendencia a recordar lo malo sobre lo bueno. A recordar la mancha y no el elemento en sí. Así son algunas de estas frases que mi memoria decidió conservar.
Hace poco ocurrió algo así. De la boca de una persona que de a poco se estaba desdibujando entre tantas manchas, salieron palabras que no tenían otro fin que estropear otro objeto que nada tenía que ver en la cuestión. En el momento que lo escuché mi cuerpo reaccionó mal. Puedo contar con las manos las veces que me descompuse tras recibir determinada información. Perdí el control de mi y no pude hacer nada más que sentarme en la vereda y llorar hasta calmarme.
¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que tocó este ser? ¿Por qué se dio esta pérdida de control tan grande? No suelo tener reacciones tan violentas, más bien soy una persona que reacciona de modo tranquilo aunque poco hiriente, dependiendo de la gravedad del caso. Pero yo no lloro. Aun que esto no era una ofensa. Este ser puso en duda la única certeza que tenía en mi vida. Se metió en un campo que poco conocía, o mejor dicho, nada conocía, salvando un par de anécdotas que habré mencionado.
Nunca me pareció buena política apuntar al talón de Aquiles como método de defensa. Cuando lo hice me arrepentí (y sigo arrepintiéndome).
Para ponerlo de un modo, estas palabras que me detonaron hace meses, hoy las reviví en un sueño. Pero no salían de la boca del autor, sino que las pronunciaba la persona sobre la que hacían referencia. Volví a sentir esa angustia, ese sabor amargo, esa desesperación.
Básicamente, lo que se dijo puso en duda la veracidad de una historia que viví (y por suerte creo seguir viviendo y armando) con la persona que más impacto tuvo en mi vida, la persona que más me conoce. Esas historias que motivan a escribirlas y hacer películas sobre ellas para mostrar al mundo lo maravillosas que son. Más de 4 (cuatro) años, se redujeron a una incógnita, a un signo de pregunta gigante, por una oración cuya pronunciación no duró mas de 3 (tres) segundos. Es más, lo primero que hice luego de calmar mi llanto aquella tarde fue buscar el apoyo de esta persona, contándole la situación, y afortunadamente negó que lo dicho fuera cierto.
Soy consciente de que lo de anoche solo fue un sueño, de que esta persona nunca pronunció semejante estupidez. Sin embargo en mi interior quedó una fractura producto de la brutalidad del otro ser que solo pretendía lastimar. Y digo 'ser' porque catalogar como 'persona' sería muy bondadoso para semejante animal que disfruta de herir para defenderse de acusaciones solo existentes en su psiquis.
Pero aprendí algo, aprendí que no hay dolor que se compare con el que le quieran arrancar una verdad al alma.

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