Eso me lleva a pensar varias cosas, pero todo se reduce a un ataque de celos constante y una desesperación que me lleva a cometer actos ridículos que bajo ninguna circunstancia pueden alterar su vida, ni la de nadie. Digamos. La paranoia, la desesperación, los celos, la depresión POR NADA.
¿Siempre fui tan obsesiva con el tema? ¿Por qué recién ahora, después de años, me doy cuenta que no era él? ERA YO. Que todo ese drama nunca existió más que en mi cabeza como alucinaciones dignas de esquizofrenia.
El golpe contra la pared había llegado mucho antes, cuando dije por primera vez que era suficiente todo esto. Parece que no. Y esto tampoco es un golpe contra la famosa tapia de la cordura. Intento repasar por mi mente cuando fue que empecé a pensar que estaba bien como estaba tratando la situación y cuando perdí el tacto al momento de tantear el terreno. Nunca existieron más que bromas y charlas fluidas propias de personas con tiempo libre y poca gente para molestar. Las llamadas nunca llegaron y si llegaron fueron a teléfonos ajenos a mi propiedad. Los mensajes también. Y las visitas guiadas fueron con otras intenciones. Y si algo pasó fue una sola vez y nunca más. ¿Por qué? De casualidad o un momento de aburrimiento que causó en mi una confusión importante. Y no quiero escuchar hablar de la causalidad de los hechos. Esto pasó sin motivos, sin fines. Pasó por que seguro fue un error. O no. Pero pasó y ese es el punto.
El tiempo de llorar por algo que nunca fue tiene que terminar, por más que el llanto nunca haya sido literal, salvo ocasiones límite específicas. Y va a quedar en el olvido, algún día, como esas anécdotas que no contamos por que nos da pudor recordar lo que fuimos en años anteriores cuando tratábamos de aprender algo que nos pudiera servir para ser las personas que somos hoy y vamos a ser mañana. Los días de vivir en el pasado pronto van a acabar, por el simple hecho de haber terminado de adherir a mi la idea de que ya pasaron y no van a volver y no sirve de nada.
Cierro un capítulo de 1100 hojas en mi vida, al mismo tiempo que empiezo a dejar las hojas en blanco para empezar a escribir uno, uno en el que la protagonista sea yo, viviendo mi vida, sin estar pendiente de nadie y sin esperar que los demás hagan las cosas por mi. Esta obra de teatro sin comienzo ni fin, ni nudo ni desenlace presenta su telón final hasta que el actor secundario propio de esta obra decida reaparecer. O no.
1 comment:
"Los días de vivir en el pasado pronto van a acabar, por el simple hecho de haber terminado de adherir a mi la idea de que ya pasaron y no van a volver y no sirve de nada"
Me enorgullece comentarle que usted se ha curado de su ceguera. Soy feliz por vos y sinceramente, espero que dure.
PD. DESPUES ME DECIS A MI OBVIA...
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